Una forma sencilla de reducir el desperdicio de alimentos es donar los excedentes a organizaciones que ayudan a alimentar a los hambrientos. Los alimentos no perecederos, como los secos y enlatados, pueden donarse a bancos de alimentos, mientras que otras organizaciones, como Extra Food del condado de Marín, rescatan alimentos frescos y preparados de empresas y colegios.
También hay organizaciones que vienen a recoger la fruta de tus árboles y la llevan a los bancos de alimentos.