El problema
¿Alguna vez se ha preguntado qué ocurre con los restos de comida cuando se tiran a la basura?
Los residuos alimentarios son el mayor componente de los residuos sólidos en los vertederos estadounidenses, ya que representan el 24%.
El desperdicio de alimentos representa aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es una de las principales causas de la pérdida de bosques, praderas y otros hábitats vitales para la vida salvaje, además de agotar nuestras reservas de agua dulce.
Los alimentos que se tiran a la basura acaban en los vertederos, donde producen gas metano, 28 veces más potente que el dióxido de carbono para atrapar el calor en la atmósfera, lo que lo convierte en uno de los gases de efecto invernadero más potentes y un gran contribuyente al calentamiento global.
Los vertederos carecen del oxígeno que necesitan los artículos compostables para descomponerse completamente.
De los alimentos producidos en Estados Unidos, más de ⅓ nunca se consumen, lo que se traduce en 30 millones de toneladas de comida que los estadounidenses tiran a la basura cada año.
Si la pérdida y el desperdicio de alimentos fueran un país, sería el tercer emisor mundial de gases de efecto invernadero, sólo superado por China y Estados Unidos.
Ningún rincón del planeta es inmune a las devastadoras consecuencias del cambio climático. El aumento de las temperaturas está alimentando la degradación medioambiental, las catástrofes naturales, los fenómenos meteorológicos extremos, la inseguridad alimentaria e hídrica, los trastornos económicos, los conflictos y el terrorismo. El nivel del mar sube, el Ártico se derrite, los arrecifes de coral mueren, los océanos se acidifican y los bosques arden.
"La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar"
- Secretario General António Guterres, Secretario General de la ONU
Como consecuencia del calentamiento global, California atraviesa una crisis climática. Los californianos están sufriendo condiciones meteorológicas más extremas, incendios forestales más frecuentes y destructivos, temperaturas más cálidas y graves sequías. Las comunidades están preocupadas por la subida del nivel del mar y los incendios de laderas, que podrían amenazar hogares y comunidades.